jueves, 28 de febrero de 2008

Lejos de tí / A tu lado

La noche llega como un manto de negrura eterna que amenaza con ahogarme. Otra noche más de soledad, lejos de tí. Mañana será otro día. ¿Y qué más da? Será otro día vacuo, otro día en el que deshojaré las horas como los pétalos de una margarita marchita. Otro día más solo. Ya apenas recuerdo los buenos momentos, las noches en las que reposabas sonriente sobre mi pecho desnudo, se los ha llevado la marea de la desesperación igual que arrastran las hojas a los trozos de madera reseca. Otra noche, otra pesadilla. Una vez más, un deseo, en realidad el único que me importa: que la propia realidad de mi vida no sea más que un espejismo. Que un día despierte y me vea reflejado en tus ojos inquisidores. Que tu respiración suene junto a la mía y tu sonrisa sea la misma que hace años. Que el dolor que ha rasgado mi alma desde que te perdí no haya sido más que la retorcida imaginación de mi subconsciente. Sólo desearía... que amanecieses de nuevo a mi lado.

Sarg

El día ha amanecido gris oscuro y con niebla y tú amenazas tormenta mientras me observas desde lejos, desde más lejos que el dios de los rayos y los truenos. Me gustaría que estuvieras aquí abajo, en la tierra, convirtiendo el mundo de los mortales en un reflejo de tu olimpo inmortal. Me estremezco con el roce de tus manos ausentes y cierro los ojos para imaginar que otra vez estás pegado a mí, mi espalda entre tus brazos, acariciando tu vientre, con el cuello erizado de tu aliento. Otra noche, otro sueño. Otra vez un deseo, el más importante, en realidad el único que me importa: que tu lado de la cama no esté frío. Ver mi reflejo en tus ojos cuando me decida a abrirlos. Tus latidos taladrándome el oído. Tu sangre a borbotones mezclándose con la mía. Tus mordiscos dejando marcas violetas en mi piel. Tú conmigo, y tus besos… Otra hora: te deseo. Y el deseo se convierte en motivo suficiente para cambiar la realidad. Y amaneces a mi lado…

Vir

lunes, 25 de febrero de 2008

Día / Noche

Hace ya muchas horas que el Sol abrasa con fuerza la ciudad y mis pasos se vuelven cada vez más densos y pesados, resistiéndose a las prisas, derritiendo mis suelas contra el asfalto. El aire se vuelve irrespirable y me golpea en la cara como un soplo del desierto. La calle está vacía: los escasos transeúntes luchan por llegar cuanto antes a un refugio de aire acondicionado y sombra, o se esconden bajo las chapas ardientes de los coches. Busco acortar el camino y cruzo el parque. Tal vez busco algo de verde que de frescor a la tarde. Pero hasta bien pasadas las ocho no vendrán a jugar los niños: el parque es ahora como un lecho de brasas que debe atravesarse deprisa y de puntillas. La ciudad se ha transformado en un espejismo borroso, y la noche fresca dejó paso a calles derretidas bajo el mediodía de agosto. Apenas puedo pensar entre el sudor y la asfixia. Y huyo de las llamas solitarias que me encadenan a la calle.

Resoplo y el aire ardiente sale de mi boca, y el sol vuelve a cegarme reflejado en los escaparates. Y el hastío se adueña de mi calor y de mi día..




Vir

Hace ya muchas horas que el Sol se ha ido a dormir, y yo camino con pasos largos y las manos metidas en los bolsillos, pero sin prisas, a suficiente velocidad como para notar el gélido viento nocturno morder mi cara con insistencia. A estas horas no hay nadie en la calle, y mis pasos resuenan con un rítmico compás; ni siquiera pasan apenas coches -esperar en los semáforos es algo que sólo se hace de día-. Doy un pequeño rodeo para no atravesar el parque, bordeando la Plaza de Toros, atajando por la Avenida de los Toreros. El parque, donde a mediodía juegan felices los niños, no es ahora más que un oscuro abismo sin forma. La ciudad parece transformarse por la noche, y los caminos que eran claros de día mutan a inquietantes callejones sin salida. Voy sumido en mis pensamientos, embargado por esa quietud nocturna que tanto ayuda a la reflexión. Y agradezco la soledad, pues en ella puedo por fin sentirme realmente libre.

Llenando mis pulmones de aire frío, miro al cielo y saludo a la Luna, fiel compañera de mis paseos nocturnos. Sin duda, la noche tiene algo especial.






Sarg

domingo, 17 de febrero de 2008

Bofetada / Beso

Pensaba en ella. Tumbado en la cama, recordaba cada minuto de la noche, como se acercaron, su risa de plata, el pelo bailando al son de sus palabras. Pensaba en sus curvas peligrosas, y en sus ojos que anunciaban el final de todas las restricciones. Todo había transcurrido deprisa: una copa, su canción favorita, el día cansado y la noche extasiada. Caminaron dejando a un lado las aceras: sus labios ya no tenían maquillaje y eran como un hipnótico que le impedía oír sus frases. Pero no había duda. Eran unos labios que pedían un beso a gritos.

Se acarició la cara, todavía caliente, todavía roja, justo en el punto exacto, en el mismo centímetro en que recibió la bofetada. Y supo que todo había acabado cuando se dio cuenta de que el sonido de sus tacones estallando en el asfalto se habían perdido hacía horas, entre el humo de la noche.

Vir

Pensaba en él. Tumbada en la cama, podía rememorar cada minuto de la noche. La forma en la que se le acercó, seguro de sí mismo, sonriendo. Su cuerpo fuerte y varonil, y la vibración sensual de su voz, anunciando el final de todas sus dudas. Todo transcurrió en unos instantes: un cubata, unos pasos de baile y un paseo bajo las estrellas. Caminaron perdiéndose en una ciudad que no admitía atajos. Su boca bailaban con cada palabra, prometiendo hipnóticamente delicias innombrables. No cabía duda, eran unos labios que anhelaban un beso.

Se acarició suavemente los labios, aún temblorosos, incrédulos. Supo que no era más que el principio, que aquel beso no había significado sólo el sello de una noche mágica. Supo que volverían a perderse por la ciudad, entrelazadas sus manos. Supo que volverían a respirar el dulce humo de la noche.

Sarg

jueves, 14 de febrero de 2008

Rosa Muerta / Rosa Roja

¿Una rosa? No, no es que no me guste. Pero, ¿solo una rosa? Seguro que has notado la decepción en mi cara. Si al menos fuese un ramo, pensaría en el esfuerzo que has hecho buscando las mejores y cargándolo hasta aquí. O si fuera naranja, o amarilla, sentiría que pasaste días eligiendo el color, imaginando cual sería mi favorita. Tal vez otras flores, que me hicieran ver que te molestaste en indagar, en descubrir cuáles me gustan más, cuáles tienen un olor más intenso, qué representa cada una, qué significado tendrían para mí. Pero esta rosa, comprada a última hora, en su envoltorio de plástico, con los pétalos temblando y a punto de caer, con las horas contadas, con el rojo a punto de empezar a desteñir los sueños… una rosa que agoniza ante mis ojos y que me obliga a decirte que hubiera preferido que, señalándome la luna, me dijeras que era mía.




Vir

Sé que no es gran cosa. Sólo una pequeña rosa, con sus pétalos temblorosos a medio abrir, rociada suavemente con unas gotas de rocío, envuelta en su cucurucho de plástico protector. Podría haber traído un ramo, pero me parecía pretencioso. Siempre pensé que quien regala una rosa quiere regalarte su corazón, pero quien regala un ramo entero lo único que quiere es comprar tu afecto. Tal vez podría haber traído una rosa de otro color más original -el rojo es tan típico-, pero se tarda tanto en encargar rosas amarillas, o naranjas, en las floristerías. Y corres el riesgo de que no lleguen en el día indicado. Una rosa a destiempo es como levantarse a trabajar un domingo, ¡las rosas deben ser siempre puntuales! El amor no sabe de retrasos ni esperas. Quién sabe, ¡podría haberte traído la mismísima Luna! Sin duda lo intenté, pero no pude traértela, cada vez que me acerco a ella me desarma con su pícara sonrisa, y me veo obligado a dejarla colgando del cielo para que la mires cada noche y pienses en mí. Por eso sólo he traído una rosa.

Sarg

martes, 12 de febrero de 2008

Cobardía / Valentía

Supongo que le llevó hasta ella la languidez excitada y ebria de cada viernes, y se dejó atrapar por ella como un insecto por una araña. Había llovido toda la noche: supo que era la mujer de su vida cuando le atravesó con sus ojos castaños y apagó en su interior todo el frío exterior. Sus pupilas titilaban como una estrella cuando respiraron al unísono y devoraron las palabras del otro. La noche acunaba sus palabras y se inventaron las pausas cargadas de significado, sabían que esa era la magia del amor: cuando para dos personas el tiempo se detiene mientras ellas siguen avanzando, congeladas en un momento eterno, una simple conversación al lado de una farola se convierte en historia de amor. Como el amor es curioso, se desnudaron con palabras. Investigaron, aprendieron, se exploraron. Tímidamente, sus manos se unían de vez en cuando en gestos casuales, vigilados de cerca por los ojos multicolores de los semáforos. Ambos corazones batían entusiasmados, presas de una alegría que sólo ellos conocían. Los latidos podían atravesar la distancia entre ellos, moviéndose como mariposas a través del aire, intranquilos, nerviosos, inseguros. Supongo que por eso empezó a verla borrosa. Por eso las dudas apagaron su aplomo, y su garganta empezó a quedar seca. Sintió miedo. Supo que los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan allí... Ni el recuerdo los puede salvar... Así que al mirarla tuvo miedo, y se sintió incapaz de sellar la noche con un beso...

Sarg

Supongo que le llevó hasta ella la locura ordinaria de cada lunes, y la atrapó como se atrapan los sueños, como si pendiera de un hilo de seda. Había llovido toda la noche: supo que era la mujer de su vida al recordar su cabello empapado pero sin sentir ni el más mínimo atisbo de frío ni de humedad. Sus pupilas se convirtieron en corazón cuando respiraron al unísono y cogieron el aire de los besos del otro. La noche hacía esquina y se inventaron las estrellas, sabían que esa era la magia del amor: cuando te vuelves capaz de convertir en fotogramas de treinta y cinco milímetros una historia anodina, la historia, automáticamente, se convierte en historia de amor. Y como el amor no tiene preguntas, no se preguntaron nada. La risa de ella se convertía en respuesta. Las manos de él se convertían en respuesta. La carne de gallina, y las ausencias, y las farolas tintineando, luchando por no apagarse, se convirtieron en la única respuesta posible. Sus dedos se fundieron como el vaho caliente que cubría los cristales. Y los latidos del corazón de ella golpearon el pecho de él, como un electroshock, como si le estuviesen haciendo revivir. Supongo que por eso la vio tan nítida como si estuviesen a plena luz del día. La vio nítida, y brillante y cerca. Y supo que ya nunca se podría ir. Pero no sintió miedo, porque sabía que la cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes. Se lo habían dicho años antes de nacer. Así que al mirarla a los ojos, el único miedo que tuvo fue a tener miedo algún día...

Vir

martes, 5 de febrero de 2008

Blog del Día

Recibir sin merecer. Escribir esperando plasmar sentimientos marchitos, angustia y frustración, y observar que no son más que un grito silencioso que rebota flácidamente en oídos muertos. Enfrentarse a un galimatías sin solución, o jugar como un dios caído con fragmentos de vidas condenadas. Avanzar sabiendo que la meta no será más que la confirmación del dolor sufrido en el camino. Y llorar. Y sobre todo sentirse abrumado, al enfrentarse a un horizonte que siempre está un paso más lejos de lo que alcanza la vista, un lugar en el que los retazos blanquinegros de una mente torturada y una risueña se han convertido hoy en el Blog del Día.

Sarg

Recibir sin merecer. Escribir sin esperar nada a cambio y aún así, miles de comentarios y algunos textos después, encontrar que para otros tu oscuridad ha brillado y tu luz no ha llegado a cegar. Completar un jeroglífico que se convirtió en reto o empezar los retazos de una vida sin ponerles un final. Y seguir avanzando sin saber que existen metas, solo por el placer del camino, solo por las ganas de dar un paso más. Y sonreír. Y sobre todo agradecer. Agradecer que al mirar más allá hemos descubierto un horizonte, un lugar en el que lo que hasta ahora era una hoja pintada de blancos y negros se ha convertido hoy en el Blog del Día.

Blog nombrado Blog del Día el 05/02/08

Vir