Destinos
Parpadeo y vuelvo a encontrarme en aquel jardín a medianoche, sentado en el césped mojado a tu lado, disfrutando del frío viento de la noche de finales de otoño. Nuestros dedos inquietos, entrelazados. Tu piel, tan suave como siempre. Y tus ojos sonriéndome de manera cómplice en esa deliciosa cara de fantasma. Un nudo en mi garganta, sin saber qué decirte ni cómo, y demasiado inocente y estúpido como para atreverme a besarte. ¿Es posible? ¿Todos los años pasados desde entonces... no han sido más que una ilusión, una alucinación? Cuántas veces habré empeñado mi alma al diablo por la posibilidad de volver al punto donde empecé a vivir... y ahora que lo tengo delante... ¿Qué hacer, qué cambiar? ¿Qué puedo hacer o decir que cambie el desenlace sin modificar el guión de la historia? Observo cómo me miras, sonriente, sin saber muy bien qué decir, fascinada por el chico tímido que actúa de una manera tan peculiar. ¡Si tan sólo supieras lo que pasa por mi mente! Que no soy el chico que parece ser, sino el hombre que, desde el futuro, ha vuelto atrás para revivir esta situación, e intentar cambiar el rumbo de una catástrofe. Pero nunca lo sabrás, porque, tras mucho pensarlo, decido no hacer nada. No cambiar el pasado. Me retiro, dejo que las cosas sigan su curso. Dejo obrar con sus maneras torpes al pobre chico indeciso que una vez fui. A fin de cuentas, cada hombre elige su propio destino. Yo elegí el mío. Y, ¿quién soy para cambiarlo? |
Un suspiro y sigues estando ahí, sentado a mi lado, sobre una hierba demasiado húmeda, entre un viento que me eriza todo el cuerpo, demasiado frío para una noche de otoño. A veces no sé por qué llegamos a entrelazar las manos. Estoy a punto de soltarte pero, de repente, tus ojos parece que brillan como si supieran ya el final de la historia. No sé que decir, porque tengo la sensación de que hubieras crecido de repente, de que hubieras dejado de ser ese chico tímido que actúa de manera tan peculiar y te hubieses vuelto un hombre, algo más que un adolescente nervioso y fugaz. ¿Es posible que hayas crecido de pronto? ¿Que mis ganas de largarme y dejarte ahí tirado se hayan esfumado, que en este momento me parezcas más seguro, más decidido, más maduro? Me quedo callada, fascinada por esa mirada experta y por como te has quedado quieto y has dejado de temblar. Como si hubieses visto el futuro, como si la inseguridad y el miedo a la despedida se hubiesen convertido en un camino recorrido en algún punto del pasado. De repente lo sé: ya no voy a soltarte y no voy a irme, te miro y es como si hubieses decidido cambiar el futuro. Me acerco un poco, ya no quiero que las cosas sigan su curso. Aprietas torpe mi mano, y me gusta el calor que transmites. Poco a poco me voy juntando a ti, y nuestros labios se chocan imparables. A fin de cuentas, es el destino que elegimos entre los dos. Y siempre he preferido un final feliz. |
5 comentarios:
El título ya de por sí prometía.
Me llama la atención la decisión del personaje de Sarg, no cambiar el destino. Creo que yo habría hecho lo mismo... En cuanto a ti, Vir... Se te nota mujer. XDDDDD.
¡Saludos! ;)
;-). No se con cual de los dos lados me quedo esta vez. Existe el destino? De verdad?
(Por cierto, David, en que se le nota que es mujer?)
Besos, como siempre estupendo :-).
...tu destino, dices, ya está escrito; el mío tengo que escribirlo yo...
Yo no creo mucho en el destino, no me gusta pensar que ya está por ahí pululando lo que me va a pasar... (aunque ciertas casualidades de mi vida me hacen mosquearme bastante, jejeje) Si existe, yo sí lo cambiaría (por tocar las narices, más que nada! XDD)
En otro orden de cosas... ¿¿como que se me nota mujer?? XDDD (en fin, sería más preocupante que se me notase hombre, supongo! XDDDD)
besos a los dos!!
Yo me mantengo firme tras las palabras de mi personaje: "cada hombre elige su propio destino". Todas las posibilidades están ya ahí. Si bien no con una existencia física, material, si como un constructo lógico. Todas ellas son parte del espacio muestral de nuestro futuro.
Vivir no es más que elegir cuál de ellas va a llegar a tener esa existencia física y palpable.
Qué razón tienes Sarg.
En cuanto a vosotras... En fin, desde que cometí el "acierto" de sacar el Manual para Chicas estoy temblando cada vez que hago un comentario sobre mujeres, por "inocente" que éste sea... JAJAJAJAJA.
Pero esta vez iba sin maldad alguna. Simplemente que es una redacción muy femenina, podemos considerarlo un piropo incluso. No más explicación... JAJAJAJAJA.
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