jueves, 16 de octubre de 2008

A Puerta Cerrada

Frío tirita en su asiento, mientras Oscuridad entorna sus ojos, esforzándose por ver al resto de sus compañeros. Desgraciadamente, Ausencia no ha podido asistir a la reunión de hoy. Con una tos educada, Calvicie hace callar a todos, empezando así la sesión.

- "Caballeros, caballeros, por favor, un poco de orden" - exclama. "Como todos saben, el tema a discutir hoy es el porqué de nuestra propia existencia. Doy la palabra a Silencio que, dada la importancia de la situación, ha considerado romper su habitual timidez a hablar y exponernos sus razonamientos".

Silencio expone largo y tendido el problema. ¿Cómo puede justificarse la existencia de todos ellos? Son cualidades abstractas, no cuantificables, creadas para darle sustancia al concepto de la Nada. Sequía, siendo ésta su primera reunión, parece ofendida por las implicaciones de este razonamiento. Al fin y al cabo, explica, ella no es un concepto abstracto, ya que una sequía es un desastre natural que puede dañar a muchas personas y seres vivos. Educadamente, el resto le explican que una sequía no es más que, al fin y al cabo, la falta de Agua. Sequía calla y se hunde en su asiento, perdida en este pensamiento. Vacío, íntimo amigo de Silencio, anima a éste a que continúe su exposición.

La reunión transcurre como un tira y afloja durante unos minutos, sin llegar a ningún sitio. Cerca del final del tiempo establecido, una risa sarcástica desde una esquina de la habitación acalla las voces de los demás. Es Soledad, un tipo extraño. Nunca se relaciona con los demás, simplemente observa y sonríe, y parece juzgar.

- "Absurdo, absurdo... Discutís y os preocupáis por nuestra existencia, cuando es obvio que existimos, pues si no no estaríamos aquí, hablando y perdiendo el tiempo. El porqué existimos es indiferente. Es así, es ley de vida, jamás podremos entenderlo. Lo único que importa, lo único, es que somos necesarios. El mundo nos necesita. ¿Qué sería del invierno sin el frío? ¿Qué sentido tiene la luz sin oscuridad? ¿Quién llenaría el incómodo Silencio con un beso apasionado? Nos necesitan. Y, mientras nos necesiten, seguiremos existiendo. El resto no son más que palabras perdidas y echadas a perder. Esta es vuestra respuesta".

Con un gesto más cansado que enojado, recoge su gabardina y su sombrero y sale de la habitación. Poco a poco, pensativos, el resto de los ocupantes de la habitación asienten.

En la calle, Soledad camina sin prisa.


Sarg

Nada espera fuera. Como siempre, ha pasado inadvertida y no la han invitado al debate. Junto a ella está Nadie, otra gran excluida, y , por supuesto Nunca, que nunca acude a las citas. Guardan silencio y están preocupadas, tienen la seria sospecha de que si alguna de las cualidades no existe, serán precisamente ellas.

Incluso Silencio, que siempre calla, y Soledad, que siempre está distante, y Vacío, que casi es invisible, se encuentran tras las puertas. Pero claro, ellos son algo más que nada, alguien más que nadie, alguna vez más que nunca. Tras la puerta se oyen ecos de discusiones: si alguien calvicie, que se puede ver en miles de cabezas se pregunta si es real, ¿qué esperanza me queda a mi?, lamenta Nada. Si Sequía, que afecta a tantos millones de personas cada día no sabe de su existencia, ¿qué queda para mí?, se pregunta Nadie. Si Excepción, que es tan raro de ver que todos le buscan ha dejado de importar, ¿quién se preocupará por mí?, opina Nunca. Tiempo, como siempre, está haciendo de las suyas y parece infinito para las dos cualidades, que se sienten cada vez más ínfimas, cada vez más nada, cada vez más nadie.

Desde la antesala, la voz de Comprensión suena quebrada y rota, como si por una vez no entendiera ni una palabra de lo que se está discutiendo. Tristeza llora cada vez más fuerte, parece que no hay manera de que se haga escuchar, y Alegría se ríe, pero es una risa nerviosa, como un augurio de que las conversaciones no marchan nada bien. De repente, se hace silencio. Nada, Nadie y Nunca conocen bien esa voz: es Soledad, que casi siempre les acompaña ya que prefiere estar con Nadie y no decir Nada Nunca. Suena grave pero sereno, como siempre. Si ha hablado, algo muy importante está teniendo que pasar. Entonces las puertas se abren de par en par. Es él, Soledad, el primero en abandonar la sala. Nada, Nadie, Nunca le siguen mientras los demás murmuran dentro. Soledad camina sin prisa. A Nada no le importa, porque no tiene nada que hacer. A Nadie no le preocupa, nunca ha quedado con nadie. A Nunca nunca le importan este tipo de cosas.

Por fin Soledad se gira y las mira. “Existís”, les dice, “estad tranquilas. Cómo podrían sino existir sin vosotras Algo, Alguien o Siempre. Y, lo que es más importante: cómo podría haber una Soledad sin Nada, sin Nadie, sin Nunca”.

Mientras se aleja despacio, las tres cualidades asienten.






Vir

4 comentarios:

AdR dijo...

Una puerta cerrada que existe abierta para que todas esas... cualidades se miren a los ojos de la forma más directa que existe: con palabras y hablando de ellas mismas.

Y dice él: "¿Qué sentido tiene la luz sin oscuridad?".

Pues eso, que hacéis la pareja perfecta :) Vamos, yo disfruto de lo lindo cuando vengo :)

Besos y abrazos.

Virginia Vadillo dijo...

Me alegro que disfrutes, nosotros también con las huellas que vas dejando por aquí.
Gracias -otra vez- por visitar nuestros claroscuros!
Besos!

David Martín dijo...

Joder, llevaba tiempo sin dejar comentarios.

Constato que Luz Oscura me sigue molando, aunque lo constato muchos días después de la última publicación.

A ver si actualizáis más, cojones. Vuestros fieles llevábamos a dos velas milenios.

Virginia Vadillo dijo...

Vale, vale, David, tienes razón, hemos dejado esto un poco abandonado, pero ya estamos intentando remediarlo. Gracias por volver por aquí! ;)
Besos!