sábado, 29 de septiembre de 2007

Caes... y te levantas

Caes. En plancha, boca abajo, como cuando eras un crío. Con las manos por delante, no se sabe muy bien por qué, pero siempre pones las manos delante como si fueran mágicas, como si te pudieran salvar del golpe. Como si los brazos se fueran a estirar como un chicle, como aquel hombre-boomerg, y fueran a frenar la caída. Pero ni son mágicas ni se estiran, y caes. Y no te has rasgado los vaqueros que heredaste de tu hermano (porque hoy vistes un traje de Armani nuevecito), ni te sangran las rodillas, pero la herida que te has hecho duele más. Bastante más. Y no se cura con mercromina y tiritas. Caes. Es inevitable. Subiste demasiado rápido. Y ahora caes. Y esta vez mamá no está ahí para levantarte.

Vir

... pero vuelves a levantarte. No sabes cómo, ni de dónde sacas las fuerzas. Los flácidos brazos que no pudieron salvarte de la caída se apoyan contra el suelo y poco a poco vuelven a levantarte. No has llegado hasta tan lejos como para dejar que una caída más sea la definitiva; una herida en el orgullo puede ser dolorosa, pero nunca mortal. Limpias con el dorso de tu mano la sangre en la comisura de tus labios, pero sonríes. Te pones en pie, aún sonriendo, y alisas con una mano el traje impecable. Sea lo que sea lo que venga a continuación, lo afrontarás con la mirada bien alta.

Sarg

3 comentarios:

Unknown dijo...

Ay, Dios... ¿Por qué me identifico tanto con el negro, con ése de que mamá no esté ahí, y lo peor de todo es que siento consuelo porque mi madre es una zorra?

Sarg Bjornson dijo...

XDDD

Bienvenida a la Luz Oscura, Chirvi! Yo normalmente me identifico con el negro, pero en este caso sin duda soy el blanco. Será porque estoy acostumbrado a que me dén ostias y levantarme siempre XD

Anónimo dijo...

Hay días en que se ve todo negro, pero bueno, también hay días de blanco (que sí, que los hay, aunque ahora no lo pareza!!) Y días de gris... y de azul, y de rojo y de rosa... y supongo que en parte, eso es lo bueno, que haya de todos los colores =D
Gracias por pasarte por aquí, Chirvi!!
Besos!