lunes, 10 de septiembre de 2007

Odio / Amor

Eres una pesadilla. Eres el cielo teñido por sangre de las cercenadas gargantas de mil almas cuyos gritos quedaron ahogados. Eres el peso de los años que cruelmente tornaste en gélidas torturas. Eres transparente, etéreo y vacuo como tus promesas. Eres un oasis reseco en una tórrida noche de agosto, una lágrima sin sentido derramada por una causa perdida, un tren que se aleja sin jamás volver a su destino. Eres el vacío silencioso que exhala tu corazón de azabache. Eres el fantasma que el mar olvidó en la marea, fugaz como un pensamiento, tan frío que jamás podré olvidar que una vez jugaste con mis sentimientos. Eres la artritis que quejumbrosamente ataca a mis huesos y las penas que ahogan mi sonrisa. Eres una palabra que ningunos labios deberían mencionar. Eres la desidia que inspira la desesperación, la decepción de la pérdida, los recuerdos que desearías desterrar de tu memoria, la sintonía discorde que rasga el alma. Eres la cacofonía en la orquesta de la existencia, un bache en los vaivenes de la vida, la insomne amargura que te mantiene en vela por las noches. Eres la taquicardia que amenaza el infarto tras arrastrarme durante horas por el atardecer de tu desierto. Eres el secreto que me han contado al oído para que nadie más deba aguantar la desazón sobre su espalda, una historia de terror al anochecer, un agujero negro que destruye mis deseos. Eres la mirada que atenaza, la voz que hace temblar y la piel cuyo toque sólo destruye. No eres nada, estás vacío. Eres tú. Espero que el resto de tu efímera y triste vida seas capaz de recordarlo

Sarg

Eres un sueño. Eres el cielo arañado de estrellas fugaces. Eres el peso en mi espalda de las mantas que me cubren las noches de invierno. Eres transparente y efímero, y te escurres como un pez, te escapas como el agua entre mis dedos. Eres un espejismo, un oasis de luna creciente una noche de agosto, una lágrima del sol que se oculta detrás de las rocas, un tren que se aleja con rumbo a un empezar de cero. Eres la interrogación que queda detrás de cada latido. Eres el reflejo de la espuma de las olas, tan fugaz como una brisa, tan suave que ahora dudo incluso que algún día hayas existido. Eres los pies que sostienen mi alma y las manos que hacen cosquillas a mi risa. Eres una palabra que se quedó a medio escribir y ahora me toca completar. Eres la ilusión de la espera, la emoción cuando se rompe el papel de un regalo, el recuerdo que plasmamos en la foto, la canción de aquellas horas de marzo. Eres un susurro entre un millón de decibelios, una caricia en los vaivenes de la vida, el beso de buenas noches para poder dormir a gusto. Eres un pulso acelerado después de correr durante horas por el amanecer de tu playa. Eres un secreto que me han contado al oído para que no lo deje ir nunca, un cuento a la hora de la siesta, un astro que concede los deseos. Eres la mirada que atraviesa, y la voz que penetra, y la piel que se clava. Eres todo, eres un mundo, eres lleno y eres nada. Eres tú. Eres sólo tú: eso es lo único que quiero que seas para el resto de los días.

Vir

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