viernes, 23 de noviembre de 2007

Góngora / Quevedo

¡La desfachatez! ¡La osadía! El insolente mequetrefe, insípido borrachuzo sin talento... ¡Poeta entre paréntesis! Cómo se había atrevido... El poeta se levantó airado de su ajado escritorio, recoriendo su despacho en dos zancadas, haciendo un par de gestos airados y grandilocuentes. En un par de días la bazofia de ese incontinente gañán estaría en las bocas de todos, extendiéndose por las calles de Madrid como el fuego en la hojarasca seca. En todas las tabernas, en todos los mercados... ¿Cómo podía la gente alabar los vulgares versos de tal palurdo desvergonzado? Volvió a sentarse en su pesada e incómoda silla. Tomó su mejor pluma, mojándola lentamente en la tinta negra, mientras por su cabeza se revolvían las ideas. Tendría que pagar a Quevedo con la misma moneda, ensartar al insignificante simplón con la mejor espada que conoce: su pluma. Dejando reposar la creatividad en su mente, deja que las palabras fluyan desde su pluma al pergamino, y empieza a escribir: "Anacreonte español, no hay quien os tope que no diga con mucha cortesía..."



Sarg

¡Rimbombante y enrevesado! Ese prepotente descarado, aprendiz de plagiador de metáforas... ¡Poeta a medio hervir! Cómo pudo ser tan ridículo... El poeta se levantó con una risa irónica y negándose lo visto. Las líneas grandilocuentes de aquel culto de pega corrían ya de boca en boca, se rumoreaban en cada esquina de Madrid entre la burla que prende fuego a las hojas del otoño. En las tertulias de niños bien, y entre las damas de abanico... ¿Cómo podía alguien digerir los versos de tan retorcido erudito en pruebas? Volvió a sentarse en su silla tapizada de cojines. Tomó su vieja pluma, y la hundió entera en el tintero, mientras las ideas corrían imparables de un lado a otro de la estancia. Ya era hora de pagar a Góngora con la misma moneda, ser por una vez el que mira por encima con el desprecio de la pluma. Ni un minuto de reposo más, la creatividad le recorre hasta la última gota de la sangre que va convirtiéndose en tinta en su pergamino: "Yo te untaré mis obras con tocino/porque no me las muerdas, Gongorilla..."



Vir

4 comentarios:

María dijo...

Iba yo felizmente en el autobus la noche del sabado -llegando tarde, claro-, cuando detras de mi una parejita iba manteniendo un dialogo muyyy parecido a este.

"No se como dejan que tan tremendo ignorante publique un libro!!! Lo voy a tirar a la basura en cuanto llegue a casa. Horas de mi vida desperdiciadas! " "No seas asi. Hay distintos estilos de escritura. Todo tiene su lado bueno" "Es cierto, puede que me sirva para leňa. Habrase visto!!!" .

(Y despues pasaron a describir con todo lujo de detalles como las aportaciones de ambos habrian convertido ese desastre literario en una obra maestra...)

Y como yo mas curiosa -vale, cotilla- y no nazco... llevo tres dias dandole vueltas a que paso realmente.. Cual seria la historia detras de la discusion... Si conocian o no al mentado como me parecio... Donde se habrian conocido ellos mismos... Si llevaba a dos genios de la literatura detras o sin mas a dos envidiosos frustrados por lo ingrato de las editoriales...

(Ella era mejor describiendo personajes, decia. El, situaciones. Una combinacion perfecta, segun el).




Creo que me quedo con Quevedo, por cierto :-p.

Sarg Bjornson dijo...

Yo creo que Góngora y Quevedo no eran pareja, aunque por otra parte eso explicaría taaaantas cosas XDDD

A mí siempre me intriga cuando veo algo así cuál será la historia detrás de cada persona. Son tantas las cosas que pasan sin que las conozcamos, sin que nadie excepto los implicados sepan realmente qué ha sucedido (y a veces ni eso!). En ocasiones me gustaría ser el Observador Perfecto (TM), que fuese capaz de mirara una situación y verla claramente, como a través de un espejo mágico que te contase qué es lo que realmente está ocurriendo.

Cuando les estudié en el colegio, me gustaba más Góngora. Tan retorcido y recargado. Luego al leer Alatriste a la fuerza te cae bien el borrachín de Quevedo XDD

María dijo...

Jjejjeje, pues puede ser una nueva forma de explicar su enemistad (Quevedo misogino, el otro cura... Me callo antes de que me tiren piedras, que duelen.).

Y yo creo q mi parejita tampoco era realmente una parejita (ella queria, y el se sentia muy satisfecho de si mismo sabiendo que ella queria...)

Ser el Observador Perfecto (TM :-p) debe ser taaaaan solitario... Siendo el unico imparcial, sin ser capaz de tomar partido, sin sentir pasion por defender una idea. Nu se. Yo me quedo con mi parcialidad mejor.

Sarg Bjornson dijo...

Qué majo él, pues.....

Es cierto, nunca lo había visto así... pobre observador... Viendo siempre lo que ocurre con los demás, pero incapaz de afectar a lo que le rodea, y vacío por dentro.

Ahí hay material literario, y creo que esta vez no estoy dormido!