lunes, 26 de mayo de 2008

Terremoto

El terremoto lo barrió todo a su paso, las casas de adobe y los rascacielos, los colegios y las oficinas. Nayra temblaba bajo los escombros. Sentía todas las partes de su cuerpo, pero temía moverse, aunque fuera un milímetro, y descolocar alguno de los hierros que hacía de viga y sostenía trozos de su tienda a modo de techo, sobre la cabeza. El estruendo del polvo al caer todavía le sonaba en los oídos: era posible que, en algún lugar de la ciudad, todavía se estuviera estremeciendo la tierra. Y era extraño porque a aquel ruido descomunal le había seguido un silencio de miedo y de muerte que todavía nada ni nadie se había atrevido a romper. No había sirenas de ambulancias, ni de policías, ni de nada. Por un momento, Nayra pensó que quizás era aquello lo que ocurría: que fuera de su cárcel de escombros, más allá de lo que abarcaban sus ojos miopes ahora que había perdido las gafas, no había absolutamente nada. Aún distinguía un agujero que habría correspondido tal vez a la puerta, así que decidió intentarlo: movió primero las manos, los brazos, la cabeza, muy despacio. El pie derecho. El pie izquierdo. Nayra no sabe cuál fue el movimiento que hizo caer la improvisada viga, dejándolo todo absolutamente oscuro. En aquel preciso momento, el cielo había comenzado a llorar…



Vir

Denali maldijo a la lluvia que amenezaba con convertir en barro el polvo y arena despositados sobre el visor de su casco. Con un gesto enérgico de la mano indicó al pesado camión de la brigada de bomberos que podía avanzar por la calle sin demasiado riesgo. Aunque esta zona de la ciudad no había sido demasiado afectada por el temblor de tierra, Denali sabía que el terremoto podía producir ecos en cualquier momento que causasen nuevos temblores de tierra. Sin embargo, a pesar del riesgo, él y su equipo no habían dudado en salir a las calles lo antes posible para colaborar en los esfuerzos de rescate de los supervivientes, sepultados bajo los escombros. Mirando a izquierda y derecha mientras el camión se desplazaba con lentitud sobre la calle sin pavimentar, repleta de charcos de agua embarrada, Denali se sorprendió de la magnitud de la destrucción. Miles de casas debían haberse desplomado como castillos de naipes. La ciudad se encontraba en ruinas. De improviso, una estructura metálica se derrumba a la izquierda, sobre los escombros de lo que parecía ser una vieja tienda. En el silencio tras el derrumbamiento, Denali cree apreciar el gemido sollozante de una mujer. Con un par de órdenes eficientes, la brigada de bomberos se dirige hacia la tienda para comenzar las operaciones de rescate.



Sarg

7 comentarios:

David Martín dijo...

Bueno hombre. Qué decir. No sé qué pensar sobre el final. Creo que Denali va a rescatar un cadáver.

Pero aún así supongo que quitará los escombros a puro güevo y se encontrará con una imagen que no podrá olvidar jamás.

Sarg Bjornson dijo...

Hombre, la oye a ella... los muertos no lloran :P

Pero vamos, si te mola el rollo de encontrar al cadáver, tú mismo XDD

Anónimo dijo...

Wow que intenso, me pasé unas cuantas veces despues de pasó como en un segundo y no actualizabas... Jo casi no me doy cuenta de las nuevas actualizaciones ^-^ me he pasado de casualidad.

Bueno solo me he leido esta de momento, asique nada solo era que me encanta, tambien pienso que se encontra a un cadaver, pero es bueno intentarlo, voy a leer las dos anteriores xDD


Adiós muchos besos!!!!

Anónimo dijo...

La verdad me llaman mas la atención las actualizaciones donde pones mas o menos lo mismo desde distintos puntos de vista pero es que tus textos son geniales.


Hacía muchísimo que no me pasaba por aquí y la verdad no se porque ya que tu blog es de los mejores que he visto... pero bueno, de ahora en adelante me pasare mas a menudo.





¡¡¡¡Dark kisses!!!!

David Martín dijo...

Ah coño, que la oye llorar... Vale vale, correcto, correcto. Que creí que la oía justo cuando le cae la viga encima y se va todo a la mierda.

Bueno pues entonces reconduzco mi tesis sobre el final XDDD. La salva de la debacle, se la echa al hombro y luego se lo montan en los escombros de su casa. De esa relación surgirán siete churumbeles y una hipoteca.

¡Saludos!

Virginia Vadillo dijo...

David, diga lo que diga Sarg, yo no tengo tan claro que la oyese llorar... no sé yo como acabará la historia, supongo que, como no lo pone, cada uno elige, no? ;)

Ana, me alegro que te haya gustado. Es cierto, hemos estado un tiempo sin actualizar, este mes ha sido un poco raro, intentaremos (sobre todo yo, jejeje) que no se repita. Gracias por seguir pasandote a pesar de la escasez de textos este mes!!

Kasha, me alegro de que te siga gustando lo que escribimos por aquí, gracias por visitarnos de nuevo!!

Besos para todos!

Sarg Bjornson dijo...

Vir: Siempre desacreditándome, JUM!! Lo que sí que es cierto es que cada cual elige el final, y a mí me gustan los finales felic... que acaban en sexo u_u

Ana: La culpa ha sido de los dos, nos ha pillado un mes con creatividad disminuida, y muchos puentes XD

Kasha: Espero que el nuevo que acabamos de subir te guste más :)